lunes, 13 de agosto de 2012

¿Qué está pasando en Siria?

Al principio fueron simplemente las pintadas de unos críos en las paredes de un barrio cualquiera de Dera’a (al sur del país) contra el régimen. Hoy, Siria es el sexto país de la llamada 'primavera árabe', pero la suya es una primavera bañada en rojo sangre desde hace 17 meses.

Con este post, comenzamos una serie de claves, puntos importantes, que intentarán responder de forma sucinta a los principales interrogantes sobre lo que está ocurriendo en este país árabe. Para conocer de forma más exhaustiva algunos puntos, tras cada clave encontrarán enlaces y referencias de interés.

 1. ¿Por qué luchan los sirios?

 Imagine por un momento que usted es un joven sirio, con estudios medios, un chico entrado en la veintena que busca su propio espacio en su país. Las oportunidades para este chico anónimo son, en el mejor caso, escasas. 

Como explica Laura Ruiz de Elvira, el empobrecimiento gradual de la población (de 30.01% en 2004 a 33.6% en 2007), a pesar del crecimiento continuo del PIB, es una realidad que se acompaña de un crecimiento demográfico y un desajuste en el campo laboral como tónica general en muchos países árabes. A la corrupción y el 'amiguismo' en los puestos laborales, la población siria, en especial los jóvenes, no encuentran oportunidades ni apoyos en el país, viven años de paro ascendente, de economía sumergida y en ocasiones de trueque.


Pero también se trata de un asunto étnico y religioso. La familia presidencial es alauí, una minoría religiosa, que representa tan sólo al 12% del total de la población. Un 70%, la mayoría de la población del país, es de creencia sunní, y el resto se dividen en cristianos, drusos, kurdos y otros grupos étnicos o religiosos más minoritarios. Durante la revolución, se han desatado los odios entre los dos primeros grupos, pero, ¿por qué tanta violencia sectaria?

Así lo explica Tomás Alcoverro desde ‘La Vanguardia’ (28/03/2012): “Los alauíes, marginado pueblo de las montañas, excluido y maltratado por los sunníes, empezaron a salir de su postramiento social enrolándose en el ejército de la época colonialista del mandato francés, que reclutaba fácilmente a las minorías. Consideraros heréticos, integristas e, incluso, acusados de actuar al margen del islam, es una secta escindida del chiísmo que habita en regiones abruptas del país (Lataquia) para protegerse de los enemigos”.

Conseguido el poder por un golpe de Estado en 1963, los mismos alauíes humillados y resentidos durante años invirtieron la situación creando uno de los regímenes más represivos de la zona. A la cabeza se situó Hafez al Assad, padre del actual presidente, y el resto de su familia. Precisamente, Rifaat el Asad, hermano de Hafez, fue el encargado de dirigir, en 1982, la matanza de entre 10.000 y 20.000 personas en Hama, punto de inflexión gubernamental. Allí buscó, y de hecho consiguió, acabar con la columna vertebral de los Hermanos Musulmanes en el país. Estos asesinatos no hicieron más que radicalizar a amplias capas de la población sunní, que agudizaron su odio a la élite minoritaria.

Bajo la tutela de los Assad, Siria se convertía en el país que Robert Fisk definió como "ordenado, mesurado, implacablemente inflexible", y así es. Desde 1963 en Siria sólo existe un partido: el Baaz, organización controla todos los estamentos y resortes del país.

Muchos de los jóvenes que hoy combaten por las calles de Alepo o Damasco no saben lo que es la libertad política y social, ya que el Estado de Emergencia está vigente desde 1963. En Siria no hay elecciones, hay referéndums amañados cuyo resultado siempre es el mismo: la victoria del Baaz. Las escasas organizaciones de carácter nacionalista o de izquierdas que se toleran necesariamente tienen que seguir la corriente del partido único, que encuadra a todos los sectores de la sociedad en diferentes organismos, desde sindicatos a boy scouts.

Esto representa uno de los mayores peligros de la postrevolución. En Siria no existe oposición política, algo que lo diferencia drásticamente de Egipto, cuya oposición, en especial la de los Hermanos Musulmanes y a pesar de su papel vacilante en la revolución de Tahir,  ha conseguido ser el principal beneficiario en las urnas, empujados por su trabajo con los votantes más desfavorecidos y lejanos a la plaza carioca. En Siria, ¿quién tomará el mando si Assad cae?

Uno de los organismos más activos en cuanto a propaganda lo conforma en Consejo Nacional Sirio, una coalición de opositores del régimen con sede en Estambul (Turquía). Actualmente el filósofo kurdo Abdulbaset Sieda es el presidente de dicha formación, que no ha conseguido apagar las disputas internas del grupo ni ser reconocido por los sirios revolucionarios como su principal voz. Actualmente, pocos países, entre ellos EEUU, España o  Libia, lo reconocen como representante legítimo sirio. Por ello, muchos de los miedos de un sector de la población todavía indeciso es un futuro lleno de incógnitas ¿cómo será un futuro post-Assad?

De interés:
+ 'Próximo Oriente'. blog de Ignacio Álvarez-Ossorio

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